Los resultados electorales del pasado 5 de noviembre en Estados Unidos (EEUU) ratificaron, con mucha claridad, una verdad indiscutible: el pueblo de ese país o el de cualquier otro país del mundo jamás podrá esperar algo bueno de tales comicios, sí, así de sencillo, los intereses de los oprimidos siempre estarán condenados a perder en esas elecciones -es una fatalidad-, gane quien gane la silla del Despacho Oval mediante el corrupto sistema electoral yanqui.
Ya para nadie debe ser un secreto, las dos facciones -republicanos y demócratas– del único partido, el que dictatorialmente es propietario de la política estadounidense, representan solo intereses de grandes capitales –gigantescas mafias financieras, especulativas, industriales, militaristas, mediáticas, del narcotráfico etc.– que pretenden mantener el orden mundial hegemonizando como imperialismo desde EEUU, y con el cual pretenden seguir saqueando y oprimiendo a los pueblos de todo nuestro planeta.
Según The Financial Times los candidatos Donald Trump y Kamala Harris gastaron en conjunto 3.500 millones de dólares en sus campañas, y según esas cuentas esta última carrera presidencial estadounidense ha sido la más costosas de la historia de ese país.
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Pero no queda ahí eso, de acuerdo con la información presentada a mediados de octubre, los Comandos de Campaña, los llamados grupos externos y los comités de ambos partidos declararon haber recaudado casi 4.200 millones de dólares, siendo esto lo público, lo declarado, lo otro, el “dinero oscuro”, por supuesto, nunca se sabrá.
Como son poderosísimas mafias las que se enfrentan por el reparto del botín tal pelea es feroz, pero en los términos en que juegan, y está totalmente descartada esa pelea como peligro para el orden imperial; al contrario, solo se enfrentan como visiones para apuntalar y/o hacerle reparaciones a ese orden, el cual siempre tiende a derrumbarse debido a las cada vez más frecuentes convulsiones de su crónica crisis estructural.
Según The New York Times (2/9/2024) la política presidencial estadounidense está impulsada por multimillonarios, quienes en verdad son los que ganan las elecciones presidenciales.
Algunos de los grandes donantes son: 1. Para la campaña de Kamala Harris: Michael Bloomberg, George Soros y su hijo Alex Soros, Sam BankmanFried, Reid Hoffman, el cofundador de LinkedIn, George y Alex Soros, Mike Bloomberg, Dustin Moskovitz, Jeffrey Katzenber. 2. Para la campaña de Donald Trump: Tim Mellon, Elon Musk, Miriam Adelson, Dick y Liz Uihlein, Howard Lutnick, Linda McMahon. Se puede buscar información sobre estos angelitos en iinternet.
Ahí el pueblo no cuenta para nada, es un convite para la élite más exclusiva de EEUU, y es por eso fácil suponer para quién gobernará el presidente electo Donald Trump, pues como dice el viejo refrán: “El que pone la plata pone la música”
Irán Aguilera
Barcelona/Edo. Anzoátegui
Tomado del Correo del Orinoco, edición impresa Nº 4.976, Caracas, viernes 8 de noviembre de 2024, página 13.