Celebran el V Coloquio carabobeño de Arte Rupestre

Arte Rupestre

Durante los días 2 y 3 de noviembre, en el auditorio de la Unidad Educativa Paraparal del municipio Los Guayos del estado Carabobo fue realizado el 5to Coloquio Carabobeño de Arte Rupestre en honor a la artista plástico Julieta Rivas de Pacheco, bajo el auspicio de instituciones como Semarve, Alcaldía Bolivariana de Los Guayos, Sociedad Bolivariana de Venezuela-Carabobo, entre otras.

En total 6 ponencias sirvieron para cumplir con la agenda preestablecida desde meses atrás, siendo éstas orientadas como parte de las actividades de 2024 dentro del marco del 532° aniversario de la Resistencia Indígena, según decreto del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, año 2000 y 19° de la Sociedad para el Estudio de las Manifestaciones Rupestres de Venezuela (Semarve).

En este sentido, tanto la organización, protocolo y público asistente dejaron entrever lo emocionante de haberse dado esta cita en uno de los municipios donde se evidencia hallazgos de culturas prehispánicas. Justamente, a pocos metros de la institución donde se cumplió el 5to. Coloquio se encuentra el área de lo que fue por siglos un cementerio indígena. La zona, hoy día ampliamente urbanizada, es conocida como Los Cerritos. De ahí su nombre en honor a los montículos en el que se indicaba las sepulturas de habitantes originarios, encontrándose además, pertenencias y artesanía a escasa distancia del Lago de Valencia en su extremo noroccidental.

Arte Rupestre en Carabobo

Aparte de Los Guayos están Naguanagua, San Diego, Guacara, San Joaquín, Diego Ibarra y Carlos Arvelo como dignas zonas de estudios del arte rupestre.

Las ponencias quedaron a cargo de personalidades bien documentadas y por demás defensoras no solo del legado indigenista sino del medio ambiente.

El maestro Omar Idler fue el encargado de abrir el 5to Coloquio Carabobeño con “Una metódica para el estudio del Arte Rupestre”. Reconocido por sus aportes investigativos y manejo de las manifestaciones del arte prehispánico a nivel nacional, Idler se apoyó en imágenes para contarnos experiencias particulares mencionando incluso labores topográficas como el reconocimiento de la simbología o tratamiento de piedras talladas (petroglifos).

El intelectual destacó, como parte de su intervención, sobre los propósitos y fines de Semarve, tratándose, ciertamente, de uno de sus fundadores.

Desde Naguanagua y San Diego

Seguidamente escuchamos a Antonieta Grissel Pérez con “Apropiación social del patrimonio prehispánico, comunidad Los Mangos II, municipio Naguanagua”. Docente e investigadora ligada especialmente a las manifestaciones artísticas carabobeñas, nos habló de realidades en espacios abiertos donde se aprecia petroglifos con riesgos a ser extraídos o dañados. Cuenta, entre sus exploraciones en áreas montañosas de Naguanagua y San Diego, el poco sentido de pertenencia de comunidades aledañas al Parque Nacional San Esteban hacia los yacimientos.

La siguiente participación mereció notoria atención ya que Pablo Herrera con “Situación y valoración de las manifestaciones del Arte Rupestre en San Diego” logró alertar a los presentes sobre el deterioro y la aniquilación existente de un pasado cuyas civilizaciones agrupadas alrededor del lago han caído en el desinterés de la población, acentuando de esta manera, cada vez más el peligro sobre la pérdida de la memoria local.

Allí es palpable por medio de caminos montañosos y áreas urbanas la valiosa muestra rupestre dejada por aborígenes poco tiempo después de la llegada de los europeos. Como alarmante hizo énfasis el ponente los visibles descuidos hacia el patrimonio prehispánico en diversos lugares del país que a través de estos espacios académicos se busca el apoyo de sectores ligados a su conservación. Herrera señaló el ejemplo de San Diego como zona de herencia prehispánica dado los vestigios de etnias arawaks y caribes que cruzaron sus paisajes en dirección a las costas.

Arte Rupestre y cultura ancestral

El siguiente ponente Rafael Páez es un gran enamorado de la cultura ancestral. Nos hizo referencia de la “Cosmovisión Caribe: Leyenda y Arte Rupestre”. Hizo hincapié sobre las fases lunares, los períodos de siembras, las pléyades, los tótems.

Así mismo los rituales, el papel fundamental de los chamanes en la creación de figuras talladas en piedras como deidades supremas. De igual manera el calendario con que nuestros primeros pobladores se guiaron es digno representante del arte rupestre. Páez pudo hacer mención de una piedra para medir el tiempo mostrándose la gráfica de una cuadrícula de 6 columnas de 6 círculos cada una. La interpretación queda como 6 semanas de seis días, componentes de un mes de 36 días y un año de 10 meses (360 días).

Para el domingo 3, el turno le correspondió a Ramón Escola con “Íconos representativos del municipio Los Guayos”.

Residente del municipio y gran apasionado de la historia local, a pesar de ser originario del estado Zulia y con raíces de la etnia wayúu, se expresó con devoción de lugares simbólicos como las dos plazas Bolívar, la isla La Culebra, la antigua estación del ferrocarril de Los Guayos y la vieja iglesia de San Antonio de Padua.

La educación intercultural necesaria para preservar la cultura indigena

Cerró Hernán Páez con “Educación intercultural como programa oficial del Ministerio del Poder Popular para la Educación en planteles” al diferenciar las manifestaciones culturales con que la sociedad venezolana se constituye actualmente como pueblo multiétnico y pluricultural.

En este caso el coloniaje y la imposición de modelos étnicos fueron abordados de manera sencilla pero con ilustrados ejemplos tanto orales como visuales.

Cabe señalar en el 5to Coloquio de Arte Rupestre la presencia de familiares de la profesora Julieta Rivas de Pacheco, quienes permitieron la exhibición de algunas obras de artes de la docente homenajeada. Uno de sus más firmes aportes tanto al municipio como al patrimonio artístico de la nación fue el trabajo con que dio visibilidad al arte prehispánico, pues gracias a sus conocimientos y técnicas elaboró diversidad de estatuillas con la figura de la Venus de Tacarigua como legado de la cultura valencioide, cuyo período de existencia abarcó entre el 900 al 1500 de nuestra era.

Es importante señalar el arranque que tuvo este 5to coloquio carabobeño al entonarse el Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela en lengua wayúu, pemón, warao y yukpa, interpretación llevada a cabo sobriamente por el Tenor de Carabobo Hugo Romero, una de la figuras más resaltantes del municipio Los Guayos en cuanto a la construcción del Poder Popular.

Romero también lidera con su experiencia el desarrollo comunal de valores humanos en los sectores educativo, deportivo y cultural.

Brígido Daniel Torrealba

Email: bridator2@gmail.com

Fuerza24

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