Me llega este escrito de la pluma siempre aguda de mi hermano Federico Ruiz Tirado, barines reencauchado en Barquisimeto que con su certera pluma nos dibuja el personaje de marras.
Cuando Chávez me dijo que acompañara a Jesús Pérez en la Cancillería, Edmundo Gonzalez Urrutia era Director de la Oficina de Seguimiento de Políticas Públicas del Ministerio de Relaciones Exteriores.
A mí me nombraron Director y el tipo no quería entregar el coroto. Tuve, a los dos meses, que amenazarlo con la seguridad del MRE. Por sugerencia de Hugo, esperé unos días.
Su proceder era comprensible pero inaceptable : que no se iba porque él era quien más sabía de la política internacional, que yo era un ignaro barinés, que él tenia «inmunidad», que fue uña y carne de Calvani, Caldera, pana de José Rodríguez Iturbe (quien posteriormente fue nombrado por Carmona Estanga canciller).
Todo eso me lo hizo saber con un muchacho. No hablaba conmigo.
Tenía fama entre el personal femenino de homofóbico y era el Jefe del Frente Social Cristiano de la Cancillería de entonces.
Dicen que viajó con Chávez pero no lo creo.
Cuando el Referéndum Revocatorio me lo encontré y casi nos caímos a golpes.
Es una especie de hombre de las cavernas. Tengo los cuentos.
Lo sorprendente es que haya salido a flote. La derecha saca del sarcófago sus muertos.
De los cuentos o anécdotas yo colocaría las tres que lo definan en su rol actual de peón que llegó a la octava casilla y se corona como reina, más no como rey.
Tal vez se corone solo como alfil.
No viene de la Venezuela de adentro, el viene de las otras cancillerías dónde estaba infiltrado en la nuestra. Más de dos anécdotas dispersará su esencia.
No sé si recuerdas las biografías breves de Marcel Schowb o como escriba que inspiraron a Jorge Luis Borges sus personajes de historia universal de la infamia.
Dos o tres anécdotas secuenciales que retratan interiormente un personaje.
Fuerza24