Con la copla correspondiente se inicia el recorrido por la ciudad innombrable. «No debiste alegrarte, cuando te contaron, que me vieron bebiendo y llorando en la mesa de un bar».
Si, en la Valencia «señorial» también existían «Las zonas se tolerancia«, lugares que la mayoría de los valencianos conocían e incluso frecuentaban aunque absolutamente prohibidos de comentar («Guiño: ellos tras las caricias yo tras sus monedas») .
Por ejemplo en «El Gran Hotel», imponente edificio erigido en la década de los cincuenta, donde confluyen la Av Bolívar, calle Guzmán Blanco y Av. Díaz Moreno, funcionaba un lenocinio con ínfulas de exquisito o «sepulcro blanqueado» . No pocos honorables llevaban a sus hijos adolescentes a perder la virginidad con las hetarias lujosas («Padre estremece su ardiente esplendor comprado») .
Otros modestisimos como el «Tabarin», operó donde ahora está la parte central del Parque «Negra Hipólita», justo en el sitio de pastoreo de un rebaño de cabras. Un bombillo rojo indicaba a los clientes las horas de labor, se murmuró de desesperados sin dinero persiguiendo al ganado cabrio. Claro, existía la prostitución libre, ambulante y luego de las 8am se podía ver el movimiento de las «pajaras de la noche» (Gabriel García M, Historia de mis putas tristes») . Acosadas y matraqueadas (!que raro! ) por los oficiales de policías de entonces.
Operaban a su vez un buen número de casas de cita, la más reconocida «La casa de Carmen Gil» por los lados de Camoruco Viejo, cercana a las Acacias.
En plena plazoleta de la Glorieta, San Blas, presuntamente funcionó a todo dar un centro de celestinaje clandestino muy concurrido .
Las casas de ramería explotadas y controladas en sus inicios por el Gobernador Santos Matute Gómez, a finales de los años treinta (siglo 20) eran gerenciados y a su vez ejercido en la propia casa del mandatario, él mismo fue un proxeneta, conocida posteriormente como el Hotel 400, en la Av Bolívar Norte.
Monseñor Granadillo que en 1927 protestó por el crecimiento clandestino de la mancebía, fue agredido en la esquina del Cine Mundial, calle Colombia C/C Boyacá por una turba azuzada y financiada por el gobernante, especie de paramilitares del momento, causa de la muerte del primer obispo de Valencia.
Los centros de explotación sexual populares tenían sus ejes gravitatorios al final de la vieja Av Constitución, Santa Rosa, casi llegando a lo que hoy es la Plaza de toros «Monumental», conocido como calle del amor .
La Quinta «Jira» al término de la Av. Lisandro Alvarado con sus dos compartimientos claramente diferenciados por clase social, tipo Cúcuta.
Los celebérrimos «mabiles» del Cambur», la palabra de origen francés, se debe a la nacionalidad de sus fundadoras, muchas vidas valencianas pagaron caro su desespero de ‘comprar amor» en «El Cambur», las «curvas de Trincheras», sumadas al consumo de licor y la ansiedad lujuriosa los durmió para siempre.
Algunos antes de hundirse en la nada tarareaban a Daniel Santos :»Virgen de la media noche, no cubras tu desnudes»…
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Douglas Morales Pulido