Autor: Ernesto J. Pérez B. Psicólogo clínico
Visitar al psicólogo y realizar la terapia es un compromiso contigo mismo y con tu bienestar. Pero, este no se limita únicamente a las sesiones en el consultorio. El verdadero cambio, o al menos el cambio más grande y notorio, ocurre cuando aplicamos lo aprendido en nuestro día a día.
Reflexiona después de cada sesión
Después de cada sesión, tómate un momento para reflexionar. Piensa en los temas que se trataron y cómo se conectan con tu vida.
Esta reflexión puede proporcionarte una comprensión más profunda de tus experiencias y emociones.
Práctica la auto observación
La auto observación es una herramienta poderosa para el crecimiento personal. Al notar tus reacciones y emociones, puedes empezar a entender mejor tus patrones de comportamiento. Esto puede ayudarte a identificar áreas de tu vida que deseas cambiar.
Desde un marco psicosocial, la auto observación es definida como la descripción del comportamiento propio, del reconocimiento físico y emocional, así como de las experiencias y conductas que derivan de la interacción con los demás.
En este proceso se debe transitar del conocimiento real de la persona en un momento específico de la vida, al conocimiento de la persona que se desea llegar a ser una vez que se ha identificado aquello que impulsa pero también lo que frena al individuo para crecer como ser humano.
Con ayuda de tu psicólogo establece pequeñas metas
Como lo señala tu psicólogo, el cambio no ocurre de la noche a la mañana. Al establecer pequeñas metas, puedes trabajar en cambios concretos entre las sesiones. Esto te permite ver tu progreso y te motiva a seguir adelante.
Las grandes metas pueden parecer imposibles de alcanzar. En tal caso, lo que suele ocurrir es un círculo vicioso que impide que la persona salga de la inercia.
En este ciclo, el desafío parece inmenso, que puede resultar en una falta de motivación: ¿de qué sirve actuar sin ver resultados? Debido a la falta de resultados, todo parece imposible y, por lo tanto, ¡las metas nunca se cumplen!
La solución es dividir los grandes objetivos en tareas más pequeñas y sencillas. Cuando menos lo esperas, ya estás mucho más cerca de tu destino final.
Sé paciente contigo mismo
El crecimiento personal es un viaje, no una carrera. Sé amable contigo mismo y reconoce que cada paso que das hacia el cambio es un logro.
Recuerda, tu terapeuta está para guiarte, pero el progreso depende de tu esfuerzo y dedicación tanto dentro como fuera del consultorio. Así que, ¡sigue adelante! Tu compromiso con tu bienestar vale la pena.
Continúa leyendo esto: Ideología y bienestar… he allí la contradicción