Este 24 de junio, fecha de impronta de nuestra independencia para los venezolanos, se inicia el proceso de negociaciones de Paz en la hermana República de Colombia.
Este proceso tiene como protagonistas a delegados de la insurgencia armada colombiana (Segunda Maquetalia), dirigida por Iván Márquez y los representantes del Gobierno de Gustavo Petro.
Más de 30 años de proceso de negociación de todas las organizaciones guerrilleras en Colombia, desde FARC, ELN, M19, CRS, Quintín Lame, EPl, MAO, hasta llegar a los acuerdos incumplidos de 2016.
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Procesos de negociaciones entorpecidos por múltiples intereses
Referirse a todo este proceso político de Colombia es describir intereses de todo tipo, desde la política exterior de los diferentes gobiernos de Estados Unidos a los intereses del narcotráfico y el paramitalismo. Soberania y territorios con sostenibilidad de las poblaciones campesinas y rurales como proyectos alternos a la política del Estado y aparatos politicos militares.
De nuevo, de acuerdo a las declaraciones del encuentro de Caracas donde el gobierno venezolano es garante de paz, se aspira a una agenda de entendimiento entre: un «Gobierno Progresista con tinte de izquierda con una agenda social de lo popular» y una guerrilla que busca estar a tono con su realidad concreta.
Ambos bandos, en este proceso de negociaciones, invocan el interés común de la humanidad y la paz como legítimo derecho.
En este contexto, la izquierda en la República Bolivariana de Venezuela aspira a que estos diálogos promuevan una real política de entendimiento entre un tablero de contradicciones que ha agotado las agendas para resolver el conflicto colombiano, cuyas causas estructurales lo sujetan entre otras metas a objetivos internacionales contra el gobierno Bolivariano de Venezuela, así lo evidenciaron los gobiernos de Uribe, Santos y Duque.
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