«Mantengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios.»
Libertador Simón Bolívar
El Pueblo venezolano, junto al Presidente Nicolás Maduro, ha derrotado al G7 y sus aliados locales. Lo ha hecho situándose en una visión objetiva y consciente de la coyuntura política, siendo que identifica claramente la maniobra injerencista con la que el sector más extremo de la derecha y el fascismo sanguinario, ha procurado para hacerse del poder; una vez más apelando a una fórmula más descarnada y gangsteril para neocolonizarnos por vía de la presión ilegal y el uso de fuerza.
Quedaron expuestas las fisuras de la narrativa de las élites de poder occidental. La victoria de Nicolás Maduro los dejó con la carabina al hombro, dado que a esta hora el respaldo internacional al máximo liderazgo del chavismo y sus fuerzas de apoyo, sobrepasan los 125 países. El nuevo mundo celebra esta victoria que representa el advenimiento de un nuevo orden pluripolar y de reconocimiento a las naciones soberanas.
Ha sido una victoria contra la hegemonía de los injerencistas y el corporativismo mediático que le asiste. Han usado toda las formas de poder para quebrantar la moral de este pueblo; aún así, tal cual ha expresado el presidente Maduro: Hemos consolidado una inmunidad espiritual frente a una guerra cognitiva sin precedentes.
Con una Asamblea Nacional leal a los principios de soberanía e Independencia; una Fuerza Armada leal a la Constitución y al pueblo; y un pueblo movilizado antes, durante y después de la juramentacion el 10E, se demuestra la contundencia del apoyo.
Es innegable el carácter insurreccional de quienes no admiten la derrota por parte de las fuerzas revolucionarias.
Los abanderados de oposición tratan de seguir la ruta del tristemente célebre Juan Guaidó para seguir dilapidando nuestros recursos y maniatar al gobierno revolucionario por vía de las sanciones y la amenaza militar. Para ello las oligarquías no han escatimado en sumar esfuerzos en función de construir un lobby que permita a las principales potencias intervenir y pronunciarse en respaldo de las salidas más impensables –por irresponsables e inhumanas–.
La victoria del pueblo ampliamente movilizado es un ejemplo de resistencia y soberanía, es una victoria de las masas que hoy se resisten a la política de invasiones y sanciones.
En los días y meses siguientes nos toca enfrentar nuevos desafíos, debatir y organizar la ofensiva revolucionaria en el marco de la paz y apostando a la transformación profunda.
Desde la Patria de Bolívar y Chavez, seguiremos nuestra diplomacia del diálogo, guiados por una agenda sostenida de acciones por la Paz, la Soberanía y la Independencia plenas.
Nos tocar seguir en Batalla hasta lograr la total reducción de las amenazas contra Venezuela.
¡Hemos vencido y seguiremos venciendo en nombre de Chávez y Bolívar!
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